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Donde Sierra Nevada se sumerge en el desierto

22 de octubre de 2020

Donde Sierra Nevada se sumerge en el desierto

Donde Sierra Nevada se sumerge en el desierto: El pequeño Gran Cañón, la Rambla de los Yesos

Si oímos hablar del Parque Nacional de Sierra Nevada, siempre tendemos a pensar en la alta montaña mediterránea; en el Mulhacén reinando sobre el mar. Sin embargo, Sierra Nevada esconde varios secretos por descubrir, como la Rambla de los Yesos, ubicada en su extremo más oriental.

Esta joya de la geología nace hace unos 6 o 7 millones de años, en un principio como brazo del mar. Éste terminaría secándose aproximadamente un millón de años después, formando el cañón desértico que podemos observar hoy en día. Su visita está recomendada para profesionales y aficionados: los geólogos pueden hacerse a la búsqueda de algún fósil escondido; el senderista, fotógrafo u observador tendrá la suerte de disfrutar las maravillosas paredes rojas a ambos lados de la rambla, formadas por la erosión y que llega a crear formas tan espectaculares como la “Chimenea de las Hadas”, que a muchos podrá recordar a la famosa y turística Capadocia de Turquía.

Aunque realmente nos encontramos en el único desierto de Europa y en un principio el cañón parece seco, el agua subterránea hace florecer asombrosamente muchas especies poco comunes en una zona tan árida. En los verdes acantilados podemos localizar alcaparras, tomillo y romero, además de poder observar a varios tipos de aves como el mochuelo, a algún roquero solitario o collalbas negras y además del vuelo de los alcotanes. Quizás, con mucha suerte, se llega a oír al singular camachuelo trompetero.

El sendero de la Rambla de los Yesos consta de 13 kilómetros, con el tramo en recorrido circular; por lo tanto, salida y meta se hallan en el mismo punto. La primera parte del camino, en la se recorre cañón, es relativamente llana, por lo que es adecuada para los menos expertos. Mientras que la segunda, en la que hay que hacer frente a una subida y bajada de 400 metros de altitud, está más indicada para senderistas algo más preparados. A continuación del desnivel, el camino comienza a estrecharse poco a poco y las grandes paredes rojas se acercan cada vez más, hasta que llegados a un punto el cañón se vuelve a abrir y el senderista se aleja para observarlo desde arriba.

Desde la cima del Cordel de la Solana, que da nombre al sendero, podemos disfrutar la extraordinaria panorámica del Valle del Andarax y la Sierra de Gádor y sus característicos pueblos blancos a sus faldas. En el este nos encontramos con Sierra Alhamilla, la bahía de Almería y al fondo incluso se divisa el Parque Natural de Cabo de Gata. Además, para aquellos que gozan de una vista de pájaro, incluso se asoma la Cumbre de Montenegro y la zona del Parque Nacional.

Al final del camino volvemos a encontramos con el bonito pueblo de Alboloduy, los restos de su fortaleza árabe y el valle del río Nacimiento. Por el camino es frecuente encontrar a peregrinos, ya que el Camino de Santiago, en su vertiente Mozárabe pasa por allí en dirección a Santiago de Compostela.

Más información

Web: www.ecoturismosierranevada.com

 

 


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