Los secretos ancestrales de los pobladores de esta sierra
El clima templado y la pluviosidad de este territorio, han dado como resultado una gran variedad de especies micológicas y botánicas, que no sólo enriquecen el paisaje, sino que además forman parte de la más profunda tradición gastronómica, cultural y médica de esta comarca.
Pocas alegrías hay mayores para los habitantes del Parque Natural Sierra de Aracena y Picos de Aroche, que encontrarse en el campo algún ejemplar de sus numerosas variedades micológicas. Con más de 500 especies diferentes, este punto del suroeste peninsular es uno de los paraísos para micólogos y aficionados. No todos, pero muchos tipos de setas están presentes de forma habitual en la gastronomía de esta tierra.
Castañares, dehesas y jarales regalan este preciado fruto en dos épocas principales: otoño , con la amanita caesarea y los boletus edulis como principales representantes, y la primavera, con amanita ponderosa y morchela esculenta como reinas. Ambas poseen las cualidades necesarias cambios de temperatura en la tierra y el ambiente y un alto nivel de humedad para que surjan de la tierra las distintas especies identificadas hasta el momento, y las que aún no se han identificado.
La actividad micológica en la Sierra de Aracena y Picos de Aroche supone tal espectáculo, que adentrarse en sus bosques para identificar las distintas especies de setas (comestibles y venenosas), recolectarlas con la ayuda de guías expertos en micología, como los de las empresas Babel Nature o Lynxaia, aprender a cocinarlas o degustarlas en uno de los magníficos restaurantes del territorio, se ha convertido en un producto ecoturístico con una cada vez mayor demanda.
Pero el bosque guarda también otras riquezas. Las plantas autóctonas no sólo aportan alimento y condimentos culinarios a la población serrana. También permiten la elaboración de ungüentos, aceites y otros usos tradicionales que cualquiera puede conocer de la mano de empresas especializadas.
Fotografías: Jorge Garrido & Babel Nature