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Unión de las culturas asturiana y gallega

La Reserva de la Biosfera Río Eo, Oscos y Terras de Burón abarca 14 municipios situados en el noroeste de Asturias y el noreste de Lugo (Galicia), extendiéndose sobre una superficie superior a 159.000 hectáreas. Esta Reserva de Biosfera se organiza en torno a la cuenca fluvial del río Eo, desde su nacimiento en Fonteo (municipio de Baleira, Lugo) hasta su desembocadura en el mar Cantábrico. 


El territorio está conformado por al menos cuatro grandes unidades paisajísticas: el litoral Cantábrico Occidental, los cauces fluviales, el estuario del río Eo y las sierras y montañas.

espectacular vista de una playa gallega
Rio eo
Rio Eo a su paso por una población

La diversidad de paisajes y hábitats hace de esta Reserva de Biosfera un enclave único, con una gran riqueza de ecosistemas naturales que albergan especies y hábitats de especial interés para la conservación. Esta singularidad se refleja en las distintas figuras de protección que se han otorgado al espacio.

 

En total, se han identificado 41 tipos de hábitats protegidos a nivel europeo en la Reserva, con énfasis en los ecosistemas dunares, matorrales costeros, humedales continentales y bosques asociados a entornos húmedos. A ello se suma la presencia de numerosas especies de gran relevancia para la conservación.

 

La Reserva de la Biosfera alberga una fauna rica y diversa. En la zona costera, destacan aves marinas como el ostrero euroasiático y el cormorán moñudo, además de reptiles y anfibios como la rana de San Antón y la rana común, también con protección legal.

 

El estuario de la ría del Eo es clave para las aves acuáticas durante las migraciones e invernada, motivo por el cual ha sido reconocido como Zona de Especial Protección para las Aves y Humedal Ramsar. En este entorno predominan gaviotas, anátidas y limícolas.

 

El río Eo, importante por sus salmones, también alberga especies de interés como la lamprea, la madreperla de río, la nutria y el desmán ibérico.

 

En las zonas montañosas, los bosques acogen mamíferos como el lobo y, ocasionalmente, el oso pardo, además de aves forestales como el pito negro. También son refugio para invertebrados singulares como la babosa Geomalacus maculosus y el caracol de Quimper, asociados a ambientes húmedos y boscosos.

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