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Diversidad y contraste

Un Continente en Miniatura

Sierra Nevada se alza majestuosa entre fértiles vegas y altiplanos semidesérticos; altas y solitarias cumbres y laderas aterrazadas y cultivadas por sus habitantes. De este a oeste, de norte a sur, todo cambia en Sierra Nevada en un escaso periodo de tiempo y pequeña distancia. 
La cordillera sorprende al visitante por ser, simultáneamente, alpina y mediterránea; hostil y amable, cruce de caminos y migraciones, fusión de culturas, refugio de la flora y fauna a lo largo del tiempo geológico. 
Sierra Nevada, la cordillera del sur de Europa, es un auténtico pequeño continente que atesora la mayor biodiversidad de todo el Mediterráneo.  

El Espacio natural Protegido de Sierra Nevada tiene un largo recorrido en la protección de sus valores. La UNESCO reconoció que este espacio no solo era montaña agreste y diversa, sino también montaña humanizada, fuente de recursos y hábitat humano. Por ello la declaró Reserva de la Biosfera en 1986. 60 localidades de dos provincias con casi 11.000 habitantes de Granada y Almería se sitúan rozando la alta montaña, trepando por sus laderas, abrazando sus valles y vegas. 

Más tarde, en 1989 y 1999 respectivamente, cuando la red de Parques Naturales y Nacionales se afianza en España, una vez más se mira hacia la cordillera del sur, Sierra Nevada, única montaña donde se desarrollan los ecosistemas de alta montaña mediterránea, ecosistemas merecedores de la mayor protección y conservación y que quedan incluidos, junto a otros hábitats, en el área del Parque Nacional. Miles de hectáreas alrededor de estos ecosistemas de alta montaña mantienen paisajes humanizados donde los recursos naturales y el legado humano son inseparables. Aquí, en el Parque Natural, la conservación de los usos tradicionales y de los recursos que los sustentan, son los objetivos prioritarios.