Patrimonio cultural material e inmaterial
Hablar de la Cultura y del Patrimonio cultural de un lugar es todo un reto. Intentar abarcar todo sin dejar nada importante fuera y ser representativo es complicado. Queremos capturar la esencia de todo lo que ha hecho especial a este lugar, recogiendo su historia y el simbolismo de sus manifestaciones populares.
Desde los primeros pobladores de La Palma hasta hoy, de generación en generación, se ha ido formando un patrimonio increíble, tanto tangible como intangible. Es especialmente reseñable:
Una de las cosas más representativas de la Isla son los restos arqueológicos que nos muestran cómo vivían los primeros habitantes prehispánicos de La Palma. Hay cientos de cuevas, desde la costa hasta las cumbres, donde se han encontrado cerámica, grabados y tallados en piedra, cestería, restos óseos, etc. Actualmente, la isla cuenta con cinco centros de interpretación específicos, 18 yacimientos protegidos y unos 5000 grabados inventariados en La Carta Arqueológica Insular.
Después de que la isla se incorporó a la Corona de Castilla en el siglo XV y se sometió y esclavizó al pueblo aborigen, llegaron nuevos habitantes que trajeron consigo sus tradiciones culturales. La privilegiada ubicación geográfica de La Palma y su actividad comercial a través del puerto, especialmente gracias al comercio del azúcar, trajo a la isla obras flamencas de los siglos XVI y XVII, que se pueden ver en iglesias y ermitas por toda la isla.
A finales del siglo XVII comenzaron los movimientos migratorios transoceánicos, que se convirtieron en algo estructural de la historia canaria hasta mediados del siglo XX, especialmente hacia América del Sur y Central. Esta prosperidad comercial y las migraciones dejaron una exuberante arquitectura religiosa y civil, con influencias europeas y americanas. Además, el habla en La Palma, herencia de los conquistadores sevillanos, tiene un carácter pausado y acogedor, más cercano a la herencia de ultramar que a la hispánica.
La vestimenta tradicional se ha convertido en un símbolo de cada municipio de La Palma, consolidado desde el siglo XVIII. La música folclórica, que nació de los cantos para sobrellevar las tareas cotidianas, ha evolucionado y ahora incluye influencias de toda la historia palmera.
Las fiestas y celebraciones son otra forma de destacar un territorio. Y cualquier excusa es buena para celebrar en nuestra Isla, pero vamos a recoger al menos las que están catalogadas como fiestas de interés turístico:
- Fiesta de la Danza del Diablo en Tijarafe
- Semana Santa en Santa Cruz de La Palma
- Fiesta del Entierro de la Sardina en San Andrés y Sauces
- Fiesta del Almendro en Floren Puntagorda
- Fiestas Lustrales de la Bajada de la Virgen en Santa Cruz de La Palma
- Corpus Christi en Villa de Mazo
Además de estas, hay muchas otras fiestas y celebraciones, muchas de ellas de carácter religioso.
Los oficios artesanales tradicionales han sido fundamentales en la historia de La Palma. La isla es famosa por sus bordados y calados, el trabajo de la seda, la cestería y la cerámica que recrea la de los aborígenes.
La gastronomía de La Palma se caracteriza por guisos, asados y platos sencillos de carne y pescado, acompañados de gofio, papas y boniatos, sal, queso y mojos. La repostería insular es especialmente significativa, con la almendra como protagonista en muchas recetas. Hoy en día, se apuesta por reinterpretar esta cocina tradicional con técnicas innovadoras.
En resumen, La Palma cuenta con un acervo cultural que tiene una impronta peculiar basada en la asimilación e integración de las culturas que se van entremezclando en el tiempo, dando lugar a un crisol de manifestaciones de carácter material e inmaterial que se aprecian como una herencia repartida por toda la geografía insular, en las costumbres y en sus gentes.