Tres espacios imprescindibles para visitar en Montaña de Riaño.
Vertiente leonesa del Parque Nacional de los Picos de Europa, santuario de naturaleza.
La vertiente leonesa del Parque Nacional de los Picos de Europa, es un destino idílico para los amantes de la naturaleza y del senderismo. Con su increíble paisaje montañoso, sus acogedores pueblos y su historia, esta vertiente ofrece una experiencia inolvidable para todos los visitantes.
El agua y el hielo han sido los grandes modeladores del paisaje creando una orografía muy diversa, entre la que podemos destacar el desfiladero de los Beyos y la Garganta del Cares, dos de las hoces más espectaculares de España o algunas de las simas más profundas del mundo, donde acuden espeleólogos de todas las partes de la tierra.
En el Parque Regional Montaña de Riaño y Mampodre la actividad humana ha contribuido a estructurar un paisaje único que se configura desde el centro de los pueblos hacia las zonas que lo rodean como zonas de cultivo y prados dando lugar a una agricultura tradicional y de subsistencia.
Este espacio protegido es mucho más que paisajes y fuertes pendientes. Hay siglos de historias escritos en los pueblos, en los valles, en las iglesias, en las cabañas de los puertos y en sus caminos, pero también en sus gentes que, a lo largo de los siglos, han compatibilizado su vida con la conservación del espacio.
Al igual que en el Parque Nacional de los Picos de Europa el hielo y el agua, a través de sus tres cuencas fluviales Cea, Esla y Porma han sido los grandes modeladores de los paisajes y las zonas montañosas como el Mampodre, donde el quebrantahuesos, que se está reintroduciendo en la zona, elige estos escarpados picos como lugar habitual de vuelo.
La singularidad de este espacio ha dado lugar a espacios reservados y protegidos como el bosque de Hormas, el Pinar de Lillo, el Sabinar de Crémenes o los glaciares del Mampodre, espacios que acumulan un legado de historia y costumbres, de tradición y de formas de vivir que han permitido mantener y conservar estos espacios.
Los hayedos y acebos se entremezclan con los robles y tejos estando este último cargado de simbolismos desde la época de los primeros pueblos celtas que habitaron estas tierras.
Algunos de los valores que justifican esta declaración de espacio protegido es su alto interés botánico, zoológico, geológico, geomorfológico y paisajístico, que da lugar a figuras de protección para las aves, lugares de interés comunitario, Plan de Recuperación del Oso Pardo, Zona de Especial Protección para urogallo cantábrico, zonas húmedas como el Lago de Isoba (Puebla de Lillo) o Pozo Butrero (LLánaves de la Reina) o Especímenes Vegetales de Singular Relevancia como el Haya de Valdosín y el Roble del Sestil de la Mata entre otros.
El agua de lluvia que las nubes descargan en la vertiente sur de la Cordillera Cantábrica termina en el cauce del río Curueño, creando recorridos subterráneos y tesoros ocultos, como la cueva de Llamazares (Llamazares), la cual muestra una sucesión de galerías en los más de 700 metros habilitados para la visita en el que ver todo tipo de cavidades y formaciones imposibles que el agua ha ido modelando en miles de años de incesante labor sobre las rocas calizas.
El término municipal de Valdelugueros hereda un gran legado romano, traducido en calzadas romanas y numerosos puentes que cruzan en su parte el río Curueño por los que transitaba una calzada de origen romano, conocida hoy como la calzada de Vegarada.
Este espacio protegido cuenta con los hayedos de Cuesta Fría y Asotín, declarados Patrimonio de la Humanidad que son una excelente muestra de los ecosistemas propios del bosque atlántico, y son también morada de dos de las especies animales más legendarias de España, el lobo ibérico y el oso pardo, además de otras no menos icónicas como corzos y rebecos. La riqueza faunística de este espacio protegido se puede describir como excepcional, siendo una de las razones de esta excepcionalidad, su paisaje humanizado, por un uso agro ganadero histórico, que ha creado un mosaico de bosque, matorral y pastizal ideal para la fauna.
Aunque estos hayedos deparan momentos inolvidables durante todo el año, es durante los meses de octubre y noviembre cuando alcanzan su mayor vistosidad, al engalanarse las hayas con los colores sugerentes del otoño.
Un espacio protegido que se caracterizan por un notable valor cultural y arquitectura popular, como el monte de Corona situado en Posada de Valdeón, donde la cultura y la naturaleza se entrelazan con la historia. El monte de Corona es el único bosque autóctono de tilos de Europa y donde cuenta la tradición goda que Pelayo fue levantado sobre su escudo y coronado como rey en cuyo lugar se erigió una ermita que sería dedicada a la Virgen de la Corona.
Dentro del destino turístico Montaña de Riaño y en plena cordillera cantábrica se encuentra la Reserva de la Biosfera de los Argüellos que junto con la Reserva de la Biosfera de los Picos de Europa son dos de las siete Reservas de la Biosfera con las que cuenta la provincia de León.
A esta Reserva de la Biosfera pertenece el municipio de Valdelugueros ocupando la cabecera del río Curueño, río truchero que da lugar a hoces y paisajes mágicos y le concede al municipio unos rasgos geológicos y geomorfológicos de indudable valor, así como una gran biodiversidad, formando en su conjunto uno de los atractivas turísticos más importantes del destino turístico. Valdelugueros es un ejemplo de ecosistema de montaña cantábrico, en el que los escasos recursos han sido aprovechados sabiamente por la población desde siglos atrás contribuyendo a mantener, conservar y crear paisajes únicos y singulares de gran valor natural y ecológico.
La belleza está latente en estos paisajes donde el agua habita con los bosques, donde la fauna se integra con la flora y donde disfrutar a la vez que conocer.
Todo ello da lugar a un sinfín de puntos de interés que motivarán a todo tipo de visitantes y turistas a conocer y comprender el destino, como puede ser el Mirador del Tombo, el Chorco de los Lobos, la Vía Ferrata de Valdeón o la Escuela Museo Félix Martino en Soto de Sajambre.
El Parque Nacional de los Picos de Europa cuenta además con otras figuras de protección como Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA), lugares de interés comunitario (LIC) y Reserva de la Biosfera lo que denota la calidad natural y paisajística del territorio.
El aprovechamiento de las potencialidades de la zona como el ocio, el turismo rural y de naturaleza, la gastronomía y la artesanía representan actividades que permiten un desarrollo económico sin menoscabo del potencial ecológico de la Reserva.
Un territorio que enamora a todos los que descubren este espacio protegido, como al actor neoyorquino Viggo Mortensen, que descubrió el pueblo de Valdeteja en la preparación du su personaje Diego Alatriste y Tenorio y desde entonces quedó vinculado a la provincia de León.
Tu próximo destino: ¡La Reserva de la Biosfera de Los Argüellos!