La importancia del relieve
El relieve del concejo de Ponga es montañoso y abrupto. Altos picos se alternan con profundos valles fluviales, creando grandes desniveles. La belleza de este contraste se revela en las imponentes paredes blancas de roca caliza que se erigen sobre las vastas masas boscosas de las zonas bajas.
La roca caliza estratificada, fracturada y desgastada es característica del terreno elevado, dando paso a las depresiones pizarrosas en las zonas bajas, cubiertas de vegetación.
El concejo se divide en tres líneas principales:
1.- Cordillera Cantábrica: Al sur, limita con la provincia de León, separada por este tramo de la cordillera cantábrica. El punto más alto de este cordón montañoso es Peña Ten, a 2141 m, que también es el pico más alto del concejo.
2.- Cordal de Ponga: De orientación sur a norte, marca la separación con el concejo de Caso. Sus cimas más destacadas son El Abedular, Maciéndome, Tiatordos, Peña Taranes y La Llambria.
3.- Cordal del Collau del Zorru: Paralelo al cordal de Ponga, comienza en Peña Ten y sigue por Pileñes, Collau Zorru, Las Bedules, Collada Llomena y Picu Pierzu.
Entre los cordales de Ponga y Collau fluye el río Ponga, mientras que al este del cordal del Collau, el río Sella desciende, marcando la frontera entre Ponga y el majestuoso macizo de los Picos de Europa.
La intensa erosión de la roca por las corrientes fluviales ha dado lugar a desfiladeros espectaculares y estrechos de paredes verticales, como los que se encuentran entre Puente Vidosa y Viegu, entre Puente la Huera y Viboli, el de Sobrefoz, la Foz de la Escalada en Taranes y, por supuesto, el desfiladero de los Beyos, que acompaña al Sella a lo largo de 10 km.
Destacan, por su importancia histórica, los dos principales pasos naturales hacia la meseta castellana: el puerto de Ventaniella y el de Arcenorio. Mucho antes de la apertura del paso a través de los Beyos (mediados del siglo XIX), estas fueron las dos principales vías de comunicación hacia el sur, favoreciendo el desarrollo de los núcleos de población de esta zona de paso.
Todo esto, junto con un clima atlántico de temperaturas suaves, escasas heladas invernales y una elevada humedad durante gran parte del año, conforma un paraje único, rico en fauna, flora y belleza paisajística, una auténtica muestra de vida natural en su estado más puro.