Ventaniella, Arcenorio, Desfiladero de los Beyos
Durante siglos, viajeros y comerciantes cruzaron las montañas de Ponga por los principales pasos naturales, siendo fundamentales las ventas y alberguerías situadas en puntos estratégicos de estos caminos. Los venteros tenían la obligación de ofrecer cobijo y ayuda a los viajeros. Ventaniella fue una de estas ventas, que además funcionó como hospital y destacó como casería por la calidad de los pastos que la rodean. Este conjunto se completa con una pequeña ermita de origen medieval.
Hoy en día, Ventaniella es un paraje remoto, donde el olvido de las principales vías de comunicación hacia Castilla le ha conferido un encanto singular, como un rincón detenido en el tiempo. Los vecinos de Sobrefoz, a cuya parroquia pertenece, se encargan de su mantenimiento. Aunque los tiempos han cambiado, Ventaniella conserva su tradición y sigue funcionando como venta y albergue de montaña, ofreciendo un interesante destino para los excursionistas
Otro de los pasos naturales hacia Castilla es Arcenorio, transitado desde tiempos antiguos. Se accede a esta majada tras atravesar el bosque de Peloño, encontrando un amplio valle resguardado por las peñas Ten y Pileñes, donde el paisaje es simplemente espectacular.
En el fondo del valle se alza una pequeña ermita medieval, cuidadosamente conservada. En este lugar se celebraba una feria de ganado y un mercadillo que reunía a ponguetos, casinos y leoneses. Actualmente, cada 8 de septiembre, se conmemora la fiesta de Nuestra Señora de Arcenorio, una romería que recuerda la participación del pueblo pongueto en la batalla de Pontunio (Puerto del Pontón) contra los árabes.
Arcenorio es, sin duda, un destino ideal para disfrutar de una caminata por los montes ponguetos.
El río Sella atraviesa el terreno calizo, creando una estrecha y espectacular garganta conocida como el desfiladero de los Beyos. Este recorrido, de unos 12 kilómetros, ofrece una belleza incomparable, con paredes verticales que enmarcan el cauce fluvial, adornadas por una rica masa forestal que parece desafiar la gravedad al colgar de las rocas.
A mediados del siglo XIX, se abrió una ruta a través de este cañón, aunque no era uno de los principales pasos hacia la meseta castellana. En la actualidad, una carretera estrecha pero segura permite recorrer cómodamente este singular paisaje.
En la margen izquierda del Sella se encuentran los llamados pueblos beyuscos, enclaves de difícil acceso pero de gran belleza. Estas poblaciones cuentan con una arquitectura singular, como los hórreos de tejado a dos aguas, a diferencia de los de cuatro aguas típicos del resto de Asturias.