El mejor exponente de paisaje volcánico de la península Ibérica
La Garrotxa es una comarca situada en la demarcación de Girona, en el noroeste de Cataluña. En buena parte de la mitad sur de la comarca hay más de 40 volcanes y diversas coladas de lava que forman un paisaje suave y sin demasiados desniveles, protegido por el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa.
Visitar la Garrotxa con el ecoturismo como brújula es más que una escapada: es el destino perfecto para explorar la naturaleza de manera consciente, siguiendo los ritmos naturales y dejándose transformar por la belleza de sus paisajes variados y ricos en biodiversidad.
Caminar por la Garrotxa, entre el abrazo de los volcanes dormidos, significa descubrir no solo un paisaje, sino también una manera de estar en el mundo: enriquecedora, respetuosa y profundamente conectada. Esta experiencia no solo nos acerca a la naturaleza de manera armónica, sino que también nos inspira y nos recuerda la importancia de cuidar los lugares que visitamos.
Paseando por los senderos del Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa, cada paso es una lección de historia natural, un canto a la vida que se abre camino en las condiciones más sorprendentes, enseñándonos sobre la resiliencia y la belleza de nuestra tierra.
Más allá de su grandiosidad ecológica, la Garrotxa también brilla por su hospitalidad rural, donde masías y alojamientos rurales, restaurados con el máximo cuidado y respeto por el medio, invitan a vivir experiencias genuinamente enriquecedoras. Aquí, cada estancia es una oportunidad de aprender, desde la preparación de platos locales hasta la participación en la vida de la granja, tejiendo vínculos íntimos con las tradiciones que han moldeado este paisaje.
Así, viajar aquí se convierte en una declaración de amor a la tierra, ofreciéndonos la oportunidad de dejar una huella positiva en el lugar que nos acoge, disfrutando de una experiencia plena y auténtica al ritmo de nuestras pedaladas o de nuestros pasos.
La Zona Volcánica de la Garrotxa es el mejor exponente de paisaje volcánico de la península Ibérica. Tiene una cuarentena de conos volcánicos y más de 20 coladas de lava. Su orografía, suelo y clima proporcionan una vegetación variada, a menudo exuberante, con encinares, robledales y hayedos de excepcional valor paisajístico.
La Alta Garrotxa es el territorio más importante del Pre-Pirineo oriental por su diversidad y singularidad. Su orografía extremadamente abrupta ha condicionado el paisaje, la vegetación, la fauna y los asentamientos humanos y ha permitido el mantenimiento de un espacio natural relativamente aislado que conserva una importante riqueza biológica.
El clima de la Garrotxa es mediterráneo de montaña media, con unas precipitaciones abundantes que generan unos veranos frescos, mientras que la influencia del Pirineo hace que los inviernos sean fríos.
Mientras que en la Alta Garrotxa y al este de la comarca hay un sector de vegetación de carácter mediterráneo, el resto de la comarca está cubierta por vegetación submediterránea que pasa a atlántica en los puntos más húmedos.
En la Garrotxa hay más de 1.100 km de caminos señalizados para recorrer a pie, y parte de ellos también se pueden recorrer en bicicleta. Además, la comarca cuenta con numerosas líneas de autobús que conectan prácticamente todos los pueblos, y existen líneas que, como Rumbus, están pensadas específicamente para acceder con el menor impacto posible a las zonas más frecuentadas.