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La geología como hilo conductor

60 millones de años en 13 kilómetros

Un viaje fascinante por la historia de nuestro planeta

¿Te imaginas poder viajar a lo largo de 60 Millones de años de historia de la Tierra? Puede sonar a viaje remoto y muy lejano, pero lo cierto es que los 13 kilómetros de acantilados entre las localidades de Mutriku, Deba y Zumaia, son un buen punto de partida para descubrir y conocer de cerca algunos de los episodios más importantes de la convulsa historia de nuestro planeta.

Seguro que has oído hablar de la palabra flysch. Quizás te suene también la palabra karst. No importa. Son dos términos y conceptos geológicos que van íntimamente ligados al paisaje que moldea nuestro territorio y que te van a acompañar en tu viaje por la Costa Vasca. Sumérgete de primera mano en un paraíso natural que combina con elegancia mar y montaña, un territorio que aúna un patrimonio geológico de relevancia internacional y que guarda celosamente una cultura singular y una gastronomía sin igual.

Flysch & Karst

Dos fenómenos geológicos muy evidentes y estudiados caracterizan al Geoparque de la Costa Vasca. Con la singularidad de que la transición del flysch al karst, de los acantilados de la costa hacia los valles del interior, es muy rápida, se da en muy pocos kilómetros.

 

En el Geoparque de la Costa Vasca es posible ver en Zumaia un fino estrato de roca que sirvió para desarrollar la teoría de la extinción de los dinosaurios debido a un meteorito (y que marca el límite entre el Cretácico y el Paleogeno), y en apenas 10 minutos en coche, en Deba, tienes la posibilidad de caminar por el Valle de la Prehistoria y sumergirte en un entorno que posiblemente alberga la mayor concentración y densidad de yacimientos paleolíticos de todo el arco cantábrico.

Recorrido autoguiado, museo al aire libre del Valle de la Prehistoria

Espacios naturales

Desde los vertiginosos acantilados que se asoman al Cantábrico hasta los macizos calizos de Arno, Andutz e Izarraitz, la variedad de paisajes del Geoparque de la Costa Vasca es ciertamente generosa.

 

Zonas intermareales, estuarios, encinares, campiñas y bosques atlánticos conforman un singular mosaico de biodiversidad que justifica la existencia de cuatro espacios naturales protegidos en un territorio que no llega a los 90 km2: el Paisaje Protegido del tramo litoral Deba-Zumaia y tres Zonas de Especial Conservación (ZEC) incluidas en la Red Natura 2000: ZEC de la Ría del Urola, ZEC del monte Arno y ZEC de Izarraitz.

 

En las marismas, en las dunas y en los acantilados la vegetación hace frente a la fuerte influencia del mar Cantábrico y muestra sorprendentes adaptaciones para resistir el embate de las olas y mareas. Por el contrario, cuando la marea baja, la biodiversidad del mundo submarino emerge y llena de vida y color los charcos de la rasa intermareal.

 

Tierra adentro, la difícil orografía de montañas y valles del Geoparque acoge sobresalientes ejemplos de bosques (especialmente encinares) que se intercalan con fincas de labranza y verdes pastos ligados a la actividad agrícola de los caseríos.

 

Esas montañas calizas, ese terreno kárstico también alberga cuevas que ofrecen refugio para una interesante fauna cavernícola, en la que destacan algunas especies de murciélago cuya supervivencia está hoy muy amenazada.

Paisaje de campo verde y montañas al rededor con mucha vegetación
marismas de Casacampo en Deba, Geoparkea

Historia singular y preciado legado cultura

Más allá del patrimonio geológico que atesora el Geoparque, hay que destacar la particular idiosincrasia histórica y cultural que tienen las localidades de Mutriku, Deba y Zumaia; tres localidades costeras muy diferentes entre sí, cada una con su rol y especialidad.
 
El legado histórico y cultural se sigue percibiendo hoy en las tres localidades, que no han dudado en estudiar, conservar y poner en valor ese patrimonio singular que poseen; por supuesto, adaptándose a los nuevos tiempos y a las necesidades de sus habitantes y visitantes.

puerto de Mutriku, municipio pesquero

MUTRIKU ha sido cuna de grandes marinos, científicos e ingenieros navales, entre otros, Cosme Damián Churruca o Jose Antonio de Gaztañeta. Su casco histórico, declarado conjunto monumental, está salpicado de palacios y casas blasonadas que evocan épocas de riqueza y esplendor, debidas en gran medida a la pesca de ballenas, cuya carne y grasa era muy codiciada.

 

DEBA, ubicada en la desembocadura del río homónimo, ejerció durante siglos de importante puerto comercial, con toda la riqueza que ello conlleva. El valle del Deba ha sido una de las rutas principales que conectaba Castilla con el resto de Europa por vía marítima. Así, a través de este río se han transportado armas y utensilios de hierro forjado trabajado en ferrerías y localidades del interior, así como la preciada lana de Castilla, que posteriormente era transportada por vía marítima a Flandes. Ejemplo de esa opulencia es la iglesia de Santa María, con aspecto de fortaleza y unas dimensiones poco habituales, que está considerada una de las joyas del gótico vasco.

 

 

ZUMAIA siempre se ha conocido por sus múltiples astilleros (todavía queda alguno que sigue funcionando) y por la destreza para construir embarcaciones de todo tipo a la vera del río Urola. Alguno de ellos sigue funcionando a día de hoy.

 

El ferrocarril del Urola, destinado durante mucho tiempo al transporte de mercancías, hierro y acero manufacturado en localidades industriales como Azpeitia, Zumarraga o Legazpia, terminaba en Zumaia, con lo que al igual que Deba, la localidad siempre ha sido puerto importante para la carga y transporte marítimo.

 

 

fotografia antigua de un barco en un muelle

Territorio ecoturista

Lo del tiempo, en el Geoparque de la Costa Vasca, es muy relativo. Es más, ¿qué sentido tiene que nuestros acantilados nos aporten más de 60 millones de años de historia de la Tierra, si luego, la gente viene, se saca una foto y se va, nos visita con prisas?

 

Somos un territorio que invita a la calma y a la desconexión, a caminar, a detenerse, a leer, a aprender… y por supuesto, a descansar y a disfrutar de la buena mesa. Ahora le llaman slow travel, pero ha sido y sigue siendo el sentir, el carácter y la forma de vida, la filosofía, de los habitantes de nuestras tres localidades.

Queremos que reserves más de un día para visitar el Geoparque (lo ideal son al menos tres, uno por localidad y/o zona) y que te dejes contagiar por la forma y ritmo de vida de nuestro territorio. Tenemos mucho que mostrarte: nuestra cultura y tradiciones, los mejores miradores y senderos, nuestras fiestas y bailes, el flysch, nuestro txakoli, las playas, el euskera, el karst, los productos locales que cultivan en los caseríos, los pintxos y la mejor gastronomía…

 

Y por supuesto, también queremos que aprendas y te lleves algo, al menos la base imprescindible de la geología que nos pone en el mapa internacional.

Déjate acompañar y disfruta. Camina e interactúa con nuestras gentes, descubre y aprende junto a guías profesionales. Creemos en el ecoturismo como fórmula sostenible e idónea para conocer un territorio pequeño como el nuestro. Tú contribuyes al desarrollo local y dejas huella en la economía local. A cambio, el Geoparque dejará una profunda huella en ti. Para siempre. ¿Aceptas el trato?