Pueblos confortables, influencia hispanomusulmana en arquitectura y acequias
Sierra Nevada es, sin duda, la montaña más humana de toda Europa. Aquí, en el sur del continente, frente a África, el cultivo es posible hasta los 2.000 metros de altitud; los pueblos se sitúan por debajo de la línea de la nieve que suele rondar la cota 1.800.
Vivir es confortable en pequeños pueblos que se sitúan desde los 500 hasta los 1.500 metros, mientras que las terrazas de cultivo trepan aún más arriba. Los prados de montaña llegan hasta más allá de los 3000 en zonas accesibles gracias los caminos sabiamente trazados por los pastores y usados durante cientos de años.
La ?mano humana? ha configurado un paisaje ecocultural de enorme valor y atractivo. De todas las culturas que dejaron huella aquí, es la hispanomusulmana la más patente. El urbanismo, la arquitectura y la compleja red de acequias son elementos que pertenecen al patrimonio identitario de Sierra Nevada.
¿Eres de los que piensas que no es posible disfrutar de la naturaleza en el verano andaluz? Olvídate de esta idea, la cordillera del sur es fresca en sus zonas altas en pleno verano.
Asimismo, sorprende al visitante con comarcas donde el invierno es tremendamente suave. Y es que Sierra Nevada siempre nos ofrece una zona donde las temperaturas son primaverales.
En el invierno es posible disfrutar de toda clase de actividades y de una confortable estancia en la alpujarra baja granadina y almeriense, en los pueblos de las faldas de la montaña y el valle de Lecrín.
También en verano encontramos una primavera climática en las zonas más altas. Es el momento de subir a disfrutar del deshielo, de la floración de los prados y del vuelo multicolor de las mariposas. La primavera y el otoño son dos estaciones maravillosas en toda la media montaña y en las seis comarcas de la sierra.
La floración, el resurgir de la vida tras el deshielo, la abundancia de agua o el cambio de color en otoño crean un marco perfecto para disfrutar de la estancia y realizar multitud de actividades.