Conocer nuestras raíces
El Parque Nacional de los Picos de Europa no solo es un refugio para la vida silvestre y un espectáculo natural impresionante, sino que también es un tesoro cultural que guarda siglos de historia y tradición. Este rincón de la geografía española está impregnado de un rico patrimonio cultural que abarca desde vestigios prehistóricos hasta manifestaciones artísticas contemporáneas.
Comenzando por su legado prehistórico, los Picos de Europa albergan una serie de cuevas que contienen pinturas rupestres, testimonio del arte y la vida de los primeros habitantes de la región. Entre las más famosas se encuentran las cuevas de El Pindal, con sus impresionantes pinturas de bisontes y caballos, y la cueva de La Loja, donde se pueden admirar figuras antropomorfas y zoomorfas que datan de miles de años atrás o la cueva del Buxu, próxima a Cangas de Onís.
La influencia romana también dejó su huella en esta tierra montañosa. Vestigios arqueológicos como el puente de Cangas de Onís, que data del siglo XIII y fue construido sobre los restos de un antiguo puente romano, son testigos de la presencia y el legado de esta civilización en la zona.
La arquitectura tradicional de los pueblos que salpican el paisaje de los Picos de Europa es otro aspecto destacado de su patrimonio cultural. Casas de piedra con tejados de pizarra, iglesias románicas con siglos de historia y hórreos centenarios que se erigen como símbolos de la vida rural asturiana y cántabra. Entre las iglesias más emblemáticas se encuentra la Iglesia de Santa María de Lebeña, un magnífico ejemplo del prerrománico y que destaca por su sobria belleza y su ubicación privilegiada en el corazón de la montaña.
El templo cristiano más antiguo de España es la Capilla de Santa Cruz. En su interior alberga el Dolmen de Santa Cruz, monumento funerario datado en el 4000 A.C. La pequeña capilla fue mandada construir por el Rey Favila, hijo de Pelayo, para conmemorar la victoria en la Batalla de Covadonga.
Santo Toribio de Liebana: Construido en el siglo VI, alberga la Lignum Crucis, uno de los fragmentos más grandes de la Cruz de Cristo. Cada Año Santo Lebaniego, que se celebra cada vez que el 16 de abril coincide en domingo, miles de peregrinos visitan el monasterio para obtener indulgencias. Su arquitectura medieval, claustro y entorno montañoso hacen del lugar un centro espiritual y cultural, contribuyendo a la riqueza histórica y religiosa de la región.
Además, la gastronomía de la región es una parte fundamental de su patrimonio cultural. Productos locales como el queso de Cabrales, famoso por su sabor intenso y su elaboración tradicional en cuevas de montaña, o la sidra asturiana, una bebida refrescante y emblemática de la zona, son solo algunos ejemplos de la riqueza culinaria que se puede disfrutar en los Picos de Europa. El cocido lebaniego o la fabada asturiana son platos de cuchara que animan el cuerpo y el alma del viajero.
Por último, pero no menos importante, el folclore y las tradiciones populares también forman parte del patrimonio cultural de esta región. Danzas, canciones y festividades como la Fiesta del Pastor, que rinde homenaje a la ancestral relación entre el hombre y la montaña, son expresiones vivas de la identidad y la cultura de los habitantes de los Picos de Europa.