Joyas del pasado
El románico que encontramos en esta zona rural consiste, principalmente, en un conjunto de iglesias y ermitas que fueron construidas durante los siglos XII y XIII. Sin embargo, la mayoría fueron reconstruidas y ampliadas a lo largo de los siglos XVI y XVII; sustituyendo buena parte de los elementos románicos originales por otros de estilo más reciente.
Este arte románico se desarrolla en pequeñas poblaciones y se caracteriza por la modestia en sus construcciones, la robustez de sus estructuras y la sencillez de su decoración. Para levantarlas, generalmente se empleó piedra caliza de las canteras cercanas labrada en sillar y en mampostería.
Existen otras representativas obras románicas muy cerca de los márgenes de este espacio natural protegido. Sin embargo, aquí mencionaremos sólo las construcciones incluidas dentro de los límites de la ZEC y ZEPA Sierra de Ayllón:
Esta ermita, con aspecto de pequeña iglesia, fue ampliada en el s. XV. Catalogada como Monumento Histórico-Artístico, resulta uno de los más destacados ejemplos del románico rural. Su exquisita cabecera constituye un conjunto excepcional y único, al presentar una compleja estructura con ventanales bellisimamente decorados.
Cerca de Retiendas se encuentra este monasterio cisterciense que fue fundado alrededor de 1165 y estuvo habitado hasta 1821. Presenta elementos originales, de transición entre el románico tardío y el gótico inicial, y una estructura bastante heterogénea debido a sus continuas ampliaciones y modificaciones posteriores.
Aunque este monumento resulta de capital importancia en la historia de la arquitectura medieval española, desgraciadamente hoy se encuentra en acusado estado de ruina.
Aunque esta iglesia fue reformada entre los siglos XVI y XVII, mantiene elementos románicos originales: la portada y la galería porticada. Su elegante y bien conservada portada, destaca por presentar maravillosas tallas del calendario agrícola; resultando uno de los principales ejemplos de arquitectura románica que hay en Guadalajara.
Modestamente ampliada en el siglo XVII, presenta una fuerte morfología románica tanto en su sencilla planta, como en la portada y la espadaña. Se caracteriza por su construcción en mampostería de piedra gneis y de pizarra con refuerzos de sillar labrado en las esquinas.
Aunque fue ampliada en el siglo XVI, esta iglesia conserva gran parte de su construcción primigenia. Tiene acceso a través de dos portadas, siendo la oeste, la original románica. Destaca la esbelta espadaña, que fue recrecida en el siglo XVI.
Sufrió importantes reformas en el siglo XVI. Sin embargo, en su fachada sur se conservan el pórtico y la galería porticada anexa, de origen románico.
Este pequeño templo apenas conserva elementos del románico salvo la portada, la pila bautismal y algunas partes de sus muros, ya que fue completamente reformado durante el siglo XVI.