Sumérgete en nuestra tradición
Si eres de los que te gusta buscar lo que define a un territorio explorando sus tradiciones, te damos tres claves: Queso, madera, agua.
Es probable que durante tus incursiones en las montañas de Redes te encuentres vacas, pues pastan en libertad en las vegas durante una buena parte del año. De color castaño-rojizo, quizás te parezcan algo pequeñas. Es la Vaca Casina (o asturiana de los montes), autóctona, y vinculada a la producción de un queso singular: El quesu casín.
El Casín se elabora según una tradición puramente artesanal, con una técnica inusual (pues amasa la cuajada con una máquina de rabilar) trasmitida por mujeres a través de las generaciones , sin más materia prima que la leche y el cuajo. Se consigue un sabor rústico, fuerte, algo picante quizás.
Este queso, de los más antiguos de España, tiene Denominación de Origen Protegida (D.O.P).
En las queserías de Queso Casín podrás, además de degustarlo y comprarlo, aprender sobre su historia, evolución y elaboración de la mano de sus productores.
Además, cada vez son más los restaurantes de la zona que no sólo ofrecen el Casín como postre, sino que lo introducen en sus recetas y especialidades culinarias.
En un espacio natural que aún a pesar del paso del tiempo conserva bosque en casi la mitad de su territorio, resulta fácil imaginar la importancia del uso de la madera en la construcción, en la fabricación de aperos y objetos de uso doméstico, y cómo no, en la artesanía. Y más concretamente, en una actividad artesana que supone una seña de identidad del Parque Natural de Redes: la elaboración de madreñas. Madreñes, para ser más precisos.
La elaboración de este calzado tradicional, propio de zona montañosa, adquirió gran importancia en Redes, que aportó madreñeros de renombre.
El Museo de la Madera y la Madreña de Veneros es pieza clave para conocer y entender los diferentes aspectos relacionados con esta actividad, además de poseer una interesante colección. Descubrirás los secretos de la artesanía y el arte de hacer madreñes.
Redes es agua; por cantidad, y por calidad.
Desde que el río Nalón brota de la fuente la Nalona y baja vertebrando el Parque, hasta llegar a su almacenamiento en los Pantanos de Tanes y Rioseco, el agua es y trasmite vida; es y transmite la historia de esta Reserva de la Biosfera.
El agua es fuente de historia en la Fuente La Nalona, en el entorno del Puerto de Tarna, que fue testigo de primera mano de la guerra civil española, y donde se conservan vestigios de los fortines construidos en aquella época.
Parece mentira que ese hilo de agua se transforme en breve en el río más caudaloso y largo de Asturias: el río Nalón, que es fuente de vida en las vegas regando las huertas y aprovechado como fuerza motriz para ingenios hidraúlicos como los molinos,(presentes en Asturias desde el siglo XI), utilizados para obtener harina. Algunos se han restaurado, con el Molín de Villamorey Y el Molín del Ponticu (en Ladines).
El agua, como fuente de energía se vincula en época moderna a los dos pantanos, el de Tanes y el de Rioseco. Y entre ellos, la Central hidroeléctrica subterránea de Tanes obra de Joaquín Vaquero Palacios, que destaca por sus murales y la integración en la roca. Ello le ha valido el sobrenombre de “catedral subterránea”.