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Un poco de historia...

De dónde venimos y adónde vamos

De dónde venimos y adónde vamos

A pesar de su aislamiento geográfico, Ponga ha sido un lugar de asentamiento humano desde la antigüedad. Así lo demuestran los restos encontrados de poblados neolíticos, castros prerromanos y lápidas funerarias romanas, entre otros.

 

Durante la ocupación romana, estas tierras, que formaban parte del territorio de Cantabria, fueron sometidas, pero debido a su difícil acceso y control, no se produjo una fuerte romanización. Esto permitió la conservación de algunas tradiciones celtas que han perdurado hasta la actualidad.

 

En la época de la ocupación árabe, los ponguetos participaron activamente en el inicio de la Reconquista, luchando junto a Pelayo en la batalla de Pontunio (puerto del Pontón). Esta victoria se celebra cada año en la fiesta de la Santina, en Arcenorio.

 

La primera referencia documental conocida sobre el concejo data de 1188, cuando Alfonso IX donó el señorío de Cazo a Pedro García de Caso.

 

Durante la Edad Media, Ponga recibió varios privilegios reales por su lealtad a la corona. En 1395, Enrique III concedió a los ponguetos libertad de pastos y exención de impuestos comerciales o de portazgo.

 

De este periodo datan los primeros registros administrativos del territorio pongueto, que mencionan la existencia de jueces nobles y plebeyos, alcaldes de hermandad y cinco regidores perpetuos.

 

En la Edad Moderna, se consolidó la integración religiosa y civil de Ponga en Asturias. Los Reyes Católicos intervinieron en asuntos religiosos y civiles, como los nombramientos municipales de escribanos, regidores y veedores.

 

En el siglo XVIII, el concejo se caracteriza como una zona poblada y productiva, centrada en la ganadería y las tierras de cultivo.

 

En el siglo XIX, la población aumentó, mejoraron las comunicaciones y surgieron nuevas actividades económicas, como la instalación de la ferrería de Soto Rodrigo. Sin embargo, más tarde, se produjo un éxodo, principalmente de hombres jóvenes, hacia América.

 

Durante el siglo XX, la población se mantuvo estable hasta los años 60, cuando comenzó una nueva ola de emigración, esta vez hacia el extranjero y las ciudades.

 

Hoy en día, Ponga es el concejo asturiano con menor densidad de población. La ganadería tradicional está en declive y las alternativas para los jóvenes ponguetos son limitadas, con el turismo como una de las pocas opciones en crecimiento desde que el concejo fue declarado Parque Natural.

 

A lo largo de su historia, Ponga ha experimentado altibajos demográficos, derivados de su ubicación geográfica: un entorno hermoso pero complicado, que ha influido tanto en su sensibilidad ante los cambios como en la dificultad para adaptarse a ellos.

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