Cada Comarca con su propia cultura, paisaje, recursos y tradiciones
El Parque Natural posee tal extensión, variedad de alturas, orientaciones, clima y suelo que pueden distinguirse hasta seis espacios geográficos, donde cultura, paisaje, recursos y tradiciones son diferentes:
La Sierra abraza a Granada en el Occidente Nevadense, una comarca a pie de monte, donde la media montaña con pueblos serranos da paso a la vega y a la capital granadina en tan solo 30 minutos.
Paradójicamente los términos municipales de estas localidades llegan hasta los vértices de las altas cumbres, con lo que sus pueblos: Dílar, Gójar, Güéjar Sierra, Monachil y La Zubia, son lugar de estancia y punto de partida para la realización de múltiples actividades, tanto hacia la baja como hacia la alta montaña.
Girando hacia el sur en sentido contrario a las agujas del reloj encontramos la comarca del Valle de Lecrín, una zona donde el invierno es suave y se respira la esencia del mundo mediterráneo: olivos centenarios, almendros y cítricos.
Puedes centralizar una estancia en esta comarca (Padul, Dúrcal, Nigüélas, Lecrín) y acceder cómodamente a la Alpujarra, a Granada, a la costa o a la alta montaña.
La Alpujarra es la comarca más conocida de Sierra Nevada desde el punto de vista del turismo tradicional. Ocupa las laderas sur de la cordillera, desde Lanjarón hasta Alboloduy en Almería. Sus múltiples poblaciones se sitúan en posiciones soleadas donde el clima favorece la vida.
El carácter serrano y aislado, el aspecto intacto de sus pueblos arraigados en las laderas, convirtió a la Alpujarra en un icono del paisaje remoto, territorio pintoresco e imprescindible para el viajero romántico. Y así perdura la comarca aún en nuestros días, con un urbanismo, arquitectura, red de senderos medievales y sistemas de manejo del agua únicos en el mundo.
Sin duda es el punto de partida para ascensiones a las cumbres como Mulhacén y Alcazaba y el paraíso para el ecoturista que desea estancia, relajación, indagación etnográfica, gastronomía y actividades para todos los perfiles.
La geografía humana subdivide esta gran zona meridional en dos subcomarcas, la Alpujarra Granadina y la Almeriense. La parte granadina comienza en el municipio de Lanjarón y termina en Nevada, municipio más oriental cercano al paso de montaña principal que divide las provincias, el Puerto de la Ragua.
Mucho se ha escrito de ella y recibe la mayor parte de los visitantes. Sin embargo, la Alpujarra oriental y almeriense es menos conocida, quizás por su mayor distancia desde la capital granadina. Algunas características le dan entidad propia: es más rocosa, posee una mayor influencia litoral y es la conexión con el desierto.
Una zona más aislada y, por tanto, más desconocida y auténtica, aunque con los elementos propios de la Alpujarra en cuanto a manejo del agua, cultivo en terrazas, arquitectura y urbanismo de origen bereber.
En nuestro giro alrededor de la cordillera comenzamos a mirar hacia el norte en la provincia de Almería con la comarca del Río Nacimiento. El valle de este río pone en contacto las laderas en declive de la sierra con los altiplanos desérticos que continúan hacia levante.
El territorio sigue marcado por los contrastes en su paisaje: altas cumbres con altitudes que alcanzan los 2500 m y con una gran variedad de formaciones vegetales y zonas bajas de relieves más suaves y arcillosos generando sorprendentes cañones o ramblas de paredes rojas.
Cerrando nuestra circular por la cara norte de Sierra Nevada encontramos la comarca del Marquesado del Zenete, donde el bosque toca el desierto. Esta conexión ocurre, además, de forma súbita, como si las pendientes que descienden de la sierra fueran seccionadas a los 1.000 metros de altitud por un plano horizontal.
Esta singular conexión entre la montaña y la estepa plana o la montaña y el semidesierto surcado por la erosión, es lo que da singularidad al Marquesado del Zenete y Valle del Zalabí. Tu estancia en esta comarca te permite también explorar el recién declarado Geoparque de Granada.