Recursos encontrados

Valles de Olatz y Lastur

Valles que encierran tradiciones ancestrales

El paraíso del karst, donde el silencio se oye

No todo es flysch y acantilados en el Geoparque de la Costa Vasca. Basta con conducir unos pocos kilómetros para alejarse de la línea costera y adentrarse en la Euskadi más rural, en un entorno, en un mundo, completamente diferente. Entramos de lleno en el mundo del karst.

 

Aquí reina el silencio, aquí reina la piedra caliza y la constante erosión provocada por los cursos de agua, regatas y torrentes que con mucha paciencia y precisión, han perforado y modelado a capricho valles kársticos como los de Olatz (Mutriku) y Lastur (Deba-Itziar). A estos pequeños valles salpicados de recodos y dolinas, se les conoce con el nombre de valles "cerrados", ya que aparentemente no tienen una salida natural y visible para las aguas que por ellos fluyen.

 

El secreto está en el laberinto calizo subterráneo que subyace bajo ese llamativo manto verde que cubre los valles, lo que hace que los diferentes cursos de agua se “pierdan” en cuevas y simas que conducen a un mundo que todavía hoy no se conoce en su totalidad.

 

Sin duda alguna, esa cerrazón geológica ha condicionado desde siempre la vida y la actividad humana en estos valles salpicados de caseríos, lugares donde la actividad agrícola y ganadera sigue siendo el principal sustento y alimento.

 

No es sencilla la simbiosis en un entorno tan abrupto, no es sencilla la convivencia en unos lugares en los que el tiempo parece haberse detenido para siempre.

Sin embargo, el tiempo, la calma, el aislamiento y la quietud son los mejores aliados para conservar tradiciones ancestrales: Prepárate para conocer la historia de los molinos de Plazaola en Lastur, testigos vivos de antiguas ferrerías rurales que aprovechaban la fuerza del agua, y que a día de hoy se siguen utilizando para moler maíz y obtener harina, ingrediente principal del talo (torta de harina de maíz típica de Euskadi), durante siglos uno de los principales alimentos en los caseríos de Euskadi.

 

Camina por el valle de Olatz hacia las estribaciones del monte Arno, pirámide caliza bajo la que pastan las ovejas latxa del caserío Goienetxe. Allí, donde termina el asfalto, Maitane y Beñat producen uno de los mejores quesos de Euskadi. Si te gusta la tranquilidad y quieres huir de los espacios más típicos y concurridos, te animamos a disfrutar de los valles de Lastur y Olatz, y de sus actividades, tradiciones y sabores tan ligados al misterioso mundo del karst.