Estas montañas albergan tesoros naturales entre los que destaca un patrimonio geológico singular, con testimonios de océanos inmemoriales, de una cordillera de hace 300 millones de años, de un pasado glaciar, y de yacimientos de oro que hace 2000 años marcaron una época o cuevas que aún albergan secretos por descubrir. Todo ello en un paisaje sobrecogedor modelado por ríos que excavaron valles vertiginosos.
El encuentro entre climas atlántico y mediterráneo y la diversidad geológica y paisajística se traduce en una biodiversidad increíble, con su máxima expresión en la
Devesa da Rogueira, 3 km cuadrados donde caben 20 tipos de bosque.
Pero también tenemos importantes microrreservas de orquídeas, hábitats subterráneos debidos a la presencia de calizas o un mar de bosques y matorrales autóctonos en los que el oso pardo recupera su territorio.
Además, por su histórico aislamiento este territorio preserva además un rico patrimonio cultural y etnográfico ligado al trabajo de los recursos locales.
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