Patrimonio cultural del Montseny
Civilizaciones variopintas en el espacio natural
El patrimonio cultural del Montseny es un tesoro que se entrelaza con la historia y la geografía de esta región. Entre sus elementos más antiguos, encontramos los megalitos de la Sierra del Arca, en Aiguafreda, y los restos de la muralla ibérica de Montgròs, en el Brull. Estas estructuras cuentan historias silenciosas de civilizaciones pasadas, de culturas que dejaron su huella en la piedra y en la tierra.
El Montseny más medieval también se alza en sus torres de vigía como centinelas de la historia. Las piedras, gastadas por siglos de viento y lluvia, aún susurran los ecos de antiguos pobladores. Las iglesias románicas, modestas y devotas, se esparcen por el territorio como guardianes de la fe. Sus campanarios, alzados hacia el cielo, parecen tocar las nubes. Y ya en el último siglo, el modernismo se infiltra en pueblos como La Garriga, donde las fachadas de las residencias burguesas relucen con detalles art nouveau. Así, entre la piedra ancestral y las líneas curvas del presente, el Montseny teje su historia en un tapiz de belleza y memoria.
Para explicar de qué manera los distintos pobladores han habitado en el territorio, los museos se convierten en el centro de conservación, difusión e investigación del patrimonio cultural del macizo del Montseny. Y en los pueblos, las plazas y centros sociales cobran vida durante los eventos: danzas folklóricas, mercados medievales, cuentacuentos al calor de la hoguera. Así, entre la quietud de los museos y la efervescencia de las festividades, el Montseny revela su alma antigua y eterna.