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Pueblos con encanto

Joyas arquitectónicas para descubrir

Besalú, Santa Pau, Sant Feliu de Pallerols y los pueblos de la Vall d’en Bas

La Garrotxa es una comarca de la provincia de Girona, en la comunidad autónoma de Cataluña, que cuenta con un rico patrimonio arquitectónico. Algunos de los pueblos más destacados de la comarca son Besalú, Santa Pau, Sant Feliu de Pallerols y los pueblos de la Vall d?en Bas.
Todos estos pueblos son pequeñas joyas arquitectónicas que merecen la pena descubrir. Su riqueza patrimonial y su encanto natural convierten a la Garrotxa en un destino ideal para los amantes de la historia, la cultura y la naturaleza.

Besalú

Importante y bien conservado conjunto histórico-artístico medieval, con una judería, un miqvé –uno de los pocos descubiertos en la penínsuma Ibérica-, la antigua iglesia del monasterio de Sant Pere (s. XII), la iglesia de Sant Vicenç (s. XII), la fachada de la antigua iglesia hospital de Sant Julià (s. XII), la casa Cornellà (s. XII) y la sala gótica de la Cúria Real. El puente románico sobre el río Fluvià es uno de los vestigios más espectaculares del antiguo condado de Besalú, una de las cunas de la nación catalana.

Santa Pau

Villa medieval en la que destaca el castillo, un edificio grande, compacto y robusto que se levanta en el punto más alto del pueblo, junto con la plaza porticada (Firal dels Bous), y la iglesia gótica de Santa María. El pueblo mantiene una fisonomía y unas características medievales muy apreciables, lo que le confiere una gran personalidad.

Sant Feliu de Pallerols

El núcleo antiguo de Sant Feliu de Pallerols, construído sobre una coladas  lava, cuenta con un conjunto de elementos históricos y arquitectónicos de los s. XIIXIII  de entre los que destacan las casas de la Sagrera y la Cellera, el Firal, los puentes medievales, el molino de la Conqueta, el Molí Gran con sus reclusas, las casas señoriales de can Trias y can Viola y el edificio modernista de can Casas.

La Vall d’en Bas

Esparcidos por el valle, hay siete pueblos con un encanto muy singular: la villa del Mallol, ubicada sobre una colina y que fue, durante siglos, lacapital  administrativa del Vizcondado de Bas; els Hostalets en Bas, que tiene sus orígenes en unos hostales situados al pie del antiguo camino real que iba de Olot a Vic, y que hoy en día es una de las estampas más tradicionales de la Garrotxa; Sant Esteve, en Bas, con una iglesia de la que cabe destacar sus columnas y capiteles historiados; Joenetes, un auténtico pueblo de pesebre; Puigpardines, el pueblo más pequeño y tranquilo de todos; La Pinya, con unos de los pocos lavaderos públicos que quedan en la Garrotxa; y Sant Privat  Bas, un pequeño núcleo formado por una plaza rodeada por la iglesia y un reducido grupo de casas, y en la que se accede por un pórtico, formando un conjunto de una belleza muy singular.

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