En pocos lugares la naturaleza se manifiesta con tanto esplendor como en el Parque Natural de Armañón. Entre sus cumbres y bosques se extiende una maraña infinita de caminos y más de doscientas grutas.
Armañón es una de las joyas naturales de Enkarterri. El parque se extiende entre los municipios de Karrantza y Turtzioz y se caracteriza por sus paisajes kársticos, de gran riqueza ecológica. Gracias a estos macizos de piedra, Armañón goza de un microclima único que ha permitido que crezcan encinares y hayedos mediterráneos a muy pocos kilómetros del litorial cantábrico.
En este territorio altamente rural perduran varias razas de ganado autóctono fácilmente reconocibles durante la visita al entorno del Parque: la oveja carranzana de cara rubia y la de cara negra, el perro villano de las Encartaciones o la vaca monchina son sólo algunos de ellos.